INGREDIENTES:
medio pollo cortado a trocitos, o la parte del pollo que más nos guste.
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medio
vasito de brandy
Aceite
de oliva virgen extra
3
cebollas medianas y 2 dientes de ajo
3
cucharadas de tomate frito casero
Sal y
pimienta (opcional)
PREPARACIÓN:
Se cubre
el fondo de una sartén con aceite y se añade la cebolla y el ajo picaditos o
bien rallados y se deja pochar a fuego lento hasta que quede trasparente.
En otra
sartén con el fondo cubierto de aceite se marcan las piezas del pollo,
procurando que queden doradas pro todos lados. De este modo quedará la carne
más jugosa. Cuando están bien marcadas, se ponen en la cazuela con el sofrito
de cebolla.
Se
saltea todo junto, se añade el brandy y se flambea. Cuando se apaga la llama,
se añade la cerveza, una lata, el tomate frito (dos o tres cucharadas es una cantidad
suficiente) y se salpimenta. Se tapa la cazuela y se deja hacer a fuego lento.
Cuando
ha pasado una media hora, la carne debe estar tierna, Si no es así es el
momento de añadir un poco de agua templada y se deja de nuevo tapadita hasta
que se haga la carne del todo. Y cuando está tierna y hecha, se deja hervir a
fuego vivo y destapado hasta que se reduce la salsa, se corrige de sal y
pimienta y se sirve
Lo podemos acompañar con patatas fritas, ensalada,... lo que más nos guste. Eso sí sea cual sea el acompañamiento, el pan no os puede faltar, la salsita está para no parar de mojar...
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