La entrada de hoy es un básico en multitud de recetas de cocina, aunque tiene fama de ser un poco compleja. Y no hay nada más agradable y apetecible que una de éstas recetas cuando la bechamel está bien hecha; es decir suave, cremosa y sin grumos. Nunca se me había dado mal hacerla, pero desde que descubrí ésta forma de prepararla, en el blog de la cocina de Fabrisa, ya no la hago de otra forma y el resultado es fantástico; solo hay que respetar las proporciones y seguir éstas sencillas indicaciones, y el resultado está asegurado.
SALSA BECHAMEL
INGREDIENTES:
Para medio litro de salsa
Medio litro de leche
40 gr. de mantequilla
1 cucharada sopera de aceite de oliva, virgen extra
40 gr. de harina
Sal
Pimienta recién molida, blanca o negra, yo utilizo mezcla de pimientas.
Nuez moscada
PREPARACIÓN:
- En un cazo a fuego mínimo derretimos la mantequilla muy despacio sin dejarla burbujear ni tostarse.
- Añadimos el aceite de oliva.
- Retiramos el cazo del fuego y añadimos la harina. Volvemos a poner el cazo al fuego y vamos removiendo la mezcla durante dos minutos hasta que quede suave y ligeramente tostada.
- Apartamos nuevamente el cazo del fuego, añadimos la leche y mezclamos vigorosamente con las varillas para evitar los grumos; seguimos revolviendo y cuando la mezcla esté tersa y homogénea volvemos a poner el cazo en el fuego, removiendo continuamente hasta que la salsa hierva.
- Salpimentamos al gusto, bajamos el fuego y dejamos cocer durante 7 u 8 minutos , removiendo de vez en cuando.
- Ponemos nuez moscada al gusto, si puede ser recién molida, y ya tenemos lista nuestra salsa para utilizarla a conveniencia. En ésta ocasión yo la utilice en una lasaña, en la próxima entrada la vamos a ver en unos estupendos macarrones gratinados.
Me gusta mucho con macarrones la salsa bechamel. Gracias.
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