Sigo con recetas de ésta época, Cuaresma y Semana Santa. Esta vez toca dulce, y otra receta heredada de mi madre, que como sabéis tiene 84 años, y cada receta que he ido recopilando de ella, lleva consigo su correspondiente historia y recuerdos; cuenta que antiguamente, cuando vivían en el pueblo, y llegaba la Cuaresma, no había casa en la que no se hiciesen los dulces típicos de la zona: las orejas, panecetes dulces, flores, y por supuesto las rosquillas; y no puedo dejar de sonreír, cuando recuerdo la primera vez que nos pusimos a hacerla juntas para que yo aprendiera y la pudiese anotar; pues eso, las medidas a cucharadas y harina "la que te pida", cuando no estás muy familiarizada con las masas, y oyes la expresión, piensas, ¿y cómo sé yo la que me pide?; no puedo dejar de admirarla, siempre ha hecho todas las recetas más o menos a ojo, y siempre le salen bien, ¿cómo lo hace?, no me lo puedo explicar, pero ella es así. Va por ti mamá.
ROSQUILLAS DE ANIS
INGREDIENTES:
3 huevos
9 cucharadas de aceite de oliva suave, (3 por huevo)
6 cucharadas de anís (2 por huevo)
9 cucharadas soperas de azúcar (3 por huevo)
3 sobres de gasificante (1 por huevo)
600 gr. de harina aproximadamente (unos 200 gr. por huevo)
Aceite para freír (oliva o girasol, al gusto)
Azúcar para rebozar
PREPARACIÓN:
Mycook:
Colocamos la paleta mezcladora ponemos los huevos y el azúcar y programamos 5 minutos, 40º velocidad 4. Pasado el tiempo volvemos a programar otros 5 minutos pero sin temperatura.
Echamos el aceite y el anís, la mitad de la harina y los sobres de gasificante, mezclamos 15 segundos, velocidad 3.
Tradicional:
Ponemos los huevos y el azúcar en un bol y batimos con las varillas hasta que tengamos una mezcla blanquecina con la consistencia de una crema, añadimos el aceite y el anís, removemos. Mezclamos la mitad de la harina con los sobres de gasificante y agregamos a la preparación anterior.
Las siguientes instrucciones son comunes a ámbas formas de preparación.
Pasamos la mezcla a un bol (1), y vamos añadiendo la harina poco a poco (2) y vamos integrándola (3), seguramente no vamos a necesitar los 600 gr, pero claro depende del tamaño de los huevos , yo uso tamaño L, y de la absorción de la harina; nos debe quedar una masa no muy blanda, pero tampoco dura (4), que podamos manejarla. Formamos bolitas (5).
Ponemos abundante aceite a calentar, para que las rosquillas nos queden esponjosas tienen que flotar al freírse. Cuando el aceite esté caliente, a una temperatura media, ya que si está muy fuerte, se quemarían por fuera sin hacerse bien por dentro, vamos cogiendo las bolitas, les hacemos un agujero en el centro y vamos estirando, el agujero lo haremos grande para que al freírlas no se nos cierre (6).
Echamos a la sartén (7) y vamos dándoles la vuelta hasta que estén doraditas. Las vamos sacando a un plato con papel absorvente para
retirarles el exceso de aceite (8). Cuando todavía están calientes las pasamos a un plato con azúcar y las rebozamos (9), sacudimos para quitar el exceso de azúcar (10) y ¡listas para disfrutarlas!